En Aguascalientes, Martha Lilia Marín Lozano ha encontrado en el volante no solo un oficio, sino una vocación de servicio. Desde hace año y medio, la conductora del taxi 4532 recorre las calles de la ciudad y, con el tiempo, se ha convertido en confidente y apoyo de muchas personas que encuentran en ella un trato cálido, respetuoso y humano. Su capacidad para escuchar y aconsejar ha hecho que su labor destaque y sea reconocida por la comunidad.
Martha explica que su motivación para convertirse en taxista nació del deseo de servir, especialmente a personas con discapacidad que enfrentan dificultades al trasladarse. Para ella, manejar un taxi va más allá de cubrir una ruta: es acompañar, tender la mano y generar un espacio de confianza para quienes necesitan más que un simple traslado. Su profesionalismo le ha valido felicitaciones constantes de sus pasajeros, quienes a menudo expresan sentirse más seguros con ella al volante, rompiendo estereotipos en un trabajo tradicionalmente dominado por hombres.
El apoyo de su familia ha sido esencial para impulsar su trayectoria, y gracias a su entrega recibió recientemente el reconocimiento “Conductores Gigantes”, distinción que asegura no esperaba. Con ilusiones a futuro, Martha sueña con seguir sirviendo a la comunidad y, eventualmente, convertirse en conductora de un camión YoVoy. Cada viaje que realiza no solo acerca a las personas a su destino, sino que también suma un capítulo más a una historia de esfuerzo, empatía y dedicación.

