A Opinión del 11/11/24

Javier Luévano fue reelegido presidente del PAN en Aguascalientes, en una jornada sin sorpresas que reafirma el respaldo panista regional.

En un proceso sin grandes sobresaltos, Javier Luévano Núñez fue reelegido como presidente estatal del Partido Acción Nacional (PAN) en Aguascalientes, encabezando la planilla «El mejor PAN de la historia». La jornada electoral se desarrolló sin contratiempos, reflejando el respaldo de una militancia disciplinada que, desde temprana hora, acudió a cumplir con el ejercicio democrático en cada rincón del estado. La victoria de Luévano sobre su única contendiente, Myrna Fabiola Valdivia, no fue inesperada, sino el reflejo de una estructura panista sólida en una región donde el PAN sigue siendo uno de los partidos con mayor arraigo.

Luévano, exalcalde de Calvillo, aprovechó el momento para reafirmar su compromiso con la unidad interna del partido, anunciando una dirigencia que buscará consolidar el PAN en Aguascalientes y enfrentarse a los futuros retos electorales con fuerza y cohesión. Su mensaje, si bien apunta hacia la renovación, marca una línea continuista en un estado que tradicionalmente se ha mostrado fiel a la ideología del partido blanquiazul, pero que, al parecer, ha dejado de lado la posibilidad de una competencia equitativa, al menos en el ámbito interno.

No hace tanto tiempo, las precampañas del PAN eran auténticas batallas electorales donde los contendientes libraban duros enfrentamientos para ganar la dirigencia. Cada elección interna se vivía como un reflejo del espíritu competitivo del partido y de su compromiso con la democracia interna. Después de cada contienda, llegaba el momento de la famosa “operación cicatriz”, en la que los líderes y sus equipos trabajaban para sanar divisiones y reforzar la unidad, evitando así fracturas internas. Hoy, en cambio, estos procesos parecen menos combativos, en una estructura que garantiza, de antemano, el triunfo de las planillas oficiales.

A nivel nacional, el escenario fue similar con la elección de Jorge Romero Herrera como nuevo dirigente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, imponiéndose con una abrumadora mayoría de más del 80% sobre Adriana Dávila Fernández. La participación masiva de cerca de 300 mil militantes en toda la república parece apuntalar el liderazgo de Romero; sin embargo, la abultada ventaja y el escaso margen para la competencia interna plantean cuestionamientos sobre la apertura del PAN a un debate más plural y transparente, elementos que alguna vez fueron parte fundamental de la vida política del partido.

La tradición panista en México se caracterizó, en sus mejores años, por dar cabida a voces críticas y variadas, creando espacios para el disenso y el debate constructivo. Sin embargo, los resultados de este proceso electoral sugieren una realidad distinta: un PAN enfocado en la disciplina interna y en una estructura jerárquica que, si bien proyecta fuerza hacia el exterior, podría limitar la diversidad de opiniones dentro de sus filas.

Mientras tanto, el desencanto hacia Morena en Aguascalientes sigue siendo palpable, en un entorno donde ése partido no ha logrado conectar con el apoyo popular, a pesar de sus esfuerzos constantes por conquistar el favor de una ciudadanía que, hasta ahora, parece resistir los llamados del partido guinda. En contraste, el PAN se fortalece en su bastión, pero al hacerlo bajo la sombra de elecciones poco competitivas, corre el riesgo de desconectarse de las inquietudes de una sociedad que, aunque simpatizante, podría estar demandando mayor apertura y renovación genuina.

Al cierre de esta jornada, el PAN se mantiene sólido y alineado en sus liderazgos estatales y nacionales. No obstante, el reto para Luévano y Romero irá más allá de movilizar a la militancia: deberán demostrar que, más allá de las cifras contundentes, están dispuestos a abrir el espacio necesario para un verdadero intercambio de ideas que permita consolidar un partido representativo y cercano a la realidad plural de México y, en particular, de Aguascalientes. El camino hacia «El mejor PAN de la historia» exige algo más que mayorías cómodas; requiere el retorno al espíritu democrático que alguna vez definió al partido y que podría marcar la diferencia en el futuro.

Al tiempo… y a su opinión.

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