A Opinión del 11/6/25
Ante la incertidumbre global y el caos en el trumpismo, Aguascalientes sale a defender su futuro

Aguascalientes frente al atropello del TLCAN y la urgencia de defender la inversión
En un mundo marcado por la incertidumbre económica, los cambios geopolíticos y la creciente inestabilidad en las relaciones comerciales, los gobiernos estatales tienen hoy la obligación de abandonar la pasividad y asumir un papel activo en la defensa del desarrollo. Esta necesidad se vuelve aún más apremiante ante la política exterior errática y agresiva de Donald Trump, que ha puesto en jaque acuerdos fundamentales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), generando un ambiente de desconfianza y tensión entre los principales socios comerciales del continente.
En este contexto, la reciente reunión de la gobernadora de Aguascalientes, Teresa Jiménez, con Iván Espinosa, director general mundial de Nissan, no es un simple acto protocolario. Se trata de una acción estratégica en defensa del presente y futuro económico del estado. Aguascalientes, como muchos otros estados del país, depende en gran medida de la inversión extranjera directa, particularmente en el sector automotriz, que se ha convertido en uno de sus motores más potentes de crecimiento.
El embate de la política exterior estadounidense bajo Trump —basada en el proteccionismo, el chantaje arancelario y la amenaza constante a las cadenas de suministro regionales— obliga a repensar la forma en que los gobiernos locales interactúan con las grandes corporaciones globales. Hoy más que nunca, no basta con atraer inversión: es vital consolidarla, fortalecerla y proyectarla a largo plazo. Y eso sólo se logra con diplomacia económica, visión estratégica y voluntad política.
Por eso, el encuentro de la gobernadora con Nissan, y el anuncio de Tokai Kogyo de invertir 100 millones de pesos en la expansión de su planta, deben ser vistos como un reconocimiento a la capacidad de gestión del estado, pero también como una advertencia implícita: si no se trabaja cada día por mantener la confianza de las empresas, los capitales pueden buscar otros destinos.
Aguascalientes ha sabido posicionarse como un estado con ventajas competitivas únicas: mano de obra calificada, seguridad, paz laboral, infraestructura y un ambiente propicio para los negocios. Pero estas cualidades no pueden darse por sentadas. El entorno internacional se ha vuelto más hostil, y frente a los embates de un liderazgo como el de Trump —que atropella tratados, impone condiciones unilaterales y erosiona la certidumbre—, los estados deben convertirse en defensores firmes de su competitividad.
La estrategia de Teresa Jiménez va en la dirección correcta. Salir a dialogar con los grandes actores económicos del mundo, promover proyectos de educación e innovación, y enviar un mensaje claro de respaldo a quienes ya han apostado por el estado, es una forma moderna de hacer política económica desde lo local. Una política que entiende que el desarrollo no llega solo: hay que salir a buscarlo, a protegerlo y a hacerlo crecer.
En conclusión, en tiempos donde las reglas del juego comercial internacional se tambalean por decisiones unilaterales y visiones nacionalistas extremas, Aguascalientes demuestra que sí es posible responder con inteligencia, estabilidad y liderazgo. El reto es grande, pero el camino es claro: defender activamente la inversión es defender el futuro.