El conservatorio de Teresa Jiménez y la lección a Martín Orozco
El reciente conservatorio organizado por la gobernadora Teresa Jiménez con los ex gobernadores de Aguascalientes no es un acto menor. Se trata de una acción democrática necesaria, que durante el sexenio de Martín Orozco brilló por su ausencia. La soberbia que caracterizó su administración se reflejó incluso en su participación en este encuentro: fiel a su estilo, distante, incómodo y sin la capacidad de reconocer que los tiempos han cambiado y que el liderazgo político hoy se mide con otra vara.
Conviene recordar que Teresa Jiménez venció en las urnas a cuanto rival patrocinó y colocó el entonces gobernador Orozco, aun con campañas de lodo y estrategias poco éticas. La ciudadanía no solo rechazó a sus candidatos, también rechazó la forma en que intentó imponer su voluntad. Ese pasado hoy se confronta con un presente en el que la gobernadora muestra altura política al convocar a sus antecesores y proyectar unidad.
Al conversatorio asistieron también los ex gobernadores Luis Armando Reynoso y Carlos Lozano, quienes entendieron bien su lugar en la mesa. Ambos participaron con observaciones y recomendaciones valiosas, agradeciendo el gesto político de que la gobernadora compartiera con ellos parte de las actividades de su informe. Este detalle confirma que la madurez política consiste no en el protagonismo, sino en la disposición al diálogo y al reconocimiento mutuo.
La estrategia de Teresa Jiménez es clara: desarticular de manera elegante a su ex rival político, al que ya venció en las urnas y ahora en el terreno de la legitimidad. No hay duda de que esta reunión de ex gobernadores envía un mensaje poderoso: Aguascalientes camina unido hacia adelante, y la gobernadora tiene la madurez suficiente para convocar, escuchar y generar un diálogo democrático que tanta falta hizo en el pasado.
Es importante subrayar que Teresa Jiménez no es gracias a su antecesor, como algunos quisieran creer, sino a pesar de él. Ella logró ser la primera mujer gobernadora de Aguascalientes y con ello cambiar la historia política del estado, abriendo una ruta distinta, marcada por la inclusión y la visión de futuro.
La pregunta que queda en el aire es: ¿con qué cara Martín Orozco seguirá intentando desestabilizar el gobierno de Teresa Jiménez, si públicamente ya quedó claro que ella juega en otra liga, en un nivel muy lejano al suyo? El orozquismo que encontró refugio en Morena y el Movimiento Ciudadano circula sin pies ni cabeza. El contraste es evidente: mientras Orozco quedó atrapado en la soberbia y el divisionismo, Jiménez proyecta un liderazgo conciliador y moderno.
En política, los gestos hablan más que las palabras. Y en este caso, el conservatorio no solo fue un ejercicio de memoria histórica, sino una lección viva de democracia y madurez política que marca distancia con el pasado y coloca a Jiménez como una gobernadora que, lejos de los resentimientos, apuesta por la grandeza de Aguascalientes. Una poderosa lección moral que ojalá se convierta en una acción repetida de gobierno en todos los niveles.
Bien lo citó el ex gobernador Lozano de la Torre: “Algo importante es pensar en la sucesión, que quien asuma la responsabilidad de dirigir el gobierno dé continuidad a las acciones importantes”, así como este conversatorio.
Finalmente, un reconocimiento especial a la Secretaría de Comunicación del Gobierno del Estado y a Radio y Televisión de Aguascalientes, cuya transmisión y organización del evento fue de una calidad impecable, enhorabuena.
Al tiempo… y a su opinión.
Apunte final. Que nunca se nos olvide, que la memoria no nos falle. El 2 de octubre es recordado en México por la masacre de Tlatelolco de 1968. Hoy estamos de luto.