A Opinión del 2/12/25

Diciembre: el mes en que todo parece detenerse

Llegó diciembre y, como cada año, la administración pública inicia su etapa de hibernación. Las ventanillas comienzan a cerrar, los trámites se vuelven inalcanzables y la burocracia se toma un respiro que, paradójicamente, siempre llega en el peor momento para quienes dejaron pendientes al final del calendario. Es el mes en que la vida institucional baja la cortina para dar paso a las posadas, las vacaciones, la Navidad y el inevitable receso de Año Nuevo.

Pero, en el fondo, diciembre no es un cierre: es una antesala. Una pausa aparente que prepara el terreno para un 2026 que nacerá con un reseteo total en las aspiraciones políticas. Todo lo construido, avanzado o insinuado por quienes buscan la gubernatura o las alcaldías de todos los partidos, tribus y corrientes, quedará en estado de suspensión hasta que el reloj marque enero. Ahí, sin pretextos ni distractores, aparecerán los verdaderos interesados en gobernar o, en algunos casos, quienes apenas empezarán a intentarlo.

En Aguascalientes, este mes siempre respira un aire peculiar. La ciudad se recoge, se tranquiliza y se permite una calma que difícilmente vemos en otros periodos. Esa calma —tan engañosa como tentadora— durará hasta finales de enero, cuando las definiciones políticas ya no puedan postergarse y cada grupo muestre al menos parte de sus fichas.

Sin embargo, antes de ese silencio estratégico, habrá un ruido que nadie podrá ignorar. Este 3 de diciembre, el presidente municipal Leonardo Montañez realizará su informe en el Centro de Convenciones de la Isla San Marcos, y todo apunta a que será un acto de fuerza calculado al milímetro. Un mensaje para dentro y para fuera: para sus adversarios internos que también coquetean con la sucesión, y para los actores externos que intentan leer el tablero.

Montañez, sin siquiera levantar la mano formalmente, busca un lleno total que hable por él. Que grite lo que él todavía no dice. Que posicione lo que la propia dinámica política ha venido empujando: su condición de candidato natural a la gubernatura.

Diciembre será, pues, un mes de descanso para la administración pública, y un espacio de silencio para recalcular las estrategias políticas. La ciudad podrá entrar en modo vacaciones, pero los aspirantes no. Ellos ya están en campaña silenciosa, esperando enero como si fuera el disparo de salida.

Las columnas políticas, y debo aclarar siempre con el debido respeto a los apreciables colegas, también buscaremos la nota, la primicia, estaremos correteando el nombre del integrante de qué equipo que ya cambió o quién volvió, aunque con poco eco. Lo que se diga en las próximas fechas no será lo mismo que en enero. Normal en la vida pública de todos los años.

En Aguascalientes, la calma de fin de año nunca es realmente calma; es solo la respiración profunda antes del salto. Y este 2026 promete que el salto será largo, competitivo y decisivo.

Al tiempo… y a su opinión