A Opinión del 23/7/25

Solo tres figuras suenan con fuerza para la gubernatura de Aguascalientes, pero la gran incógnita es: ¿quién será?

Tres cartas serias para la gubernatura de Aguascalientes

En la baraja política de Aguascalientes, muchos nombres han comenzado a circular como posibles aspirantes a la gubernatura en 2027. Algunos lo hacen por legítima aspiración, otros por moda, por estrategia o incluso por ocurrencia. Sin embargo, si se trata de hablar con seriedad y de figuras que verdaderamente están en condiciones de competir por la primera silla del estado, el número se reduce drásticamente: hoy por hoy, solo tres personas pueden ser tomadas en serio.

El primero es Leonardo Montañez, actual alcalde de la capital. Su perfil de político disciplinado, su cercanía con la ciudadanía y su estilo pragmático lo han consolidado como un actor confiable. Ha sabido construir gobernabilidad en la ciudad más importante del estado y mantiene buena relación con diversos sectores. Si su partido decide mantener la lógica de continuidad, Montañez es la carta más sólida.

En segundo lugar está el senador Antonio Martín del Campo. Con experiencia previa como alcalde y senador, además de una trayectoria partidista sólida, Toño representa al panismo tradicional con oficio político y redes construidas a lo largo del tiempo. Ha sido constante en sus aspiraciones y, aunque no siempre ha sido favorecido en las decisiones internas, se mantiene como un perfil con presencia estatal y reconocimiento público.

Por otro lado, en la acera opuesta se encuentra la senadora morenista Nora Ruvalcaba. Con el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum y del movimiento de la 4T, es la figura más visible de Morena en Aguascalientes. Aunque ha perdido elecciones en el pasado, ha logrado mantenerse vigente, acumular experiencia y capital político dentro de su partido. Si la coyuntura nacional favorece a Morena en 2027, ella será, sin duda, la candidata natural.

Muchos otros nombres se han barajeado en la escena local y nacional. Algunos con talento, otros con buena voluntad, y muchos más con genuino deseo de servir. Pero la política no es solo cuestión de buenas intenciones; se requiere estructura, trayectoria, conocimiento del estado, respaldo político y, sobre todo, la capacidad de sumar más allá del círculo cercano. Por ahora, esos atributos solo los reúnen Montañez, Martín del Campo y Ruvalcaba.

El juego apenas comienza, pero si la elección fuera mañana, no habría más de tres sillas disponibles en la mesa grande.

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