A Opinión del 28/10/24

Aguascalientes enfrenta desafíos de movilidad no resueltos con infraestructura vial. El alcalde de la Bicicleta propone priorizar transporte público, ciclovías y áreas peatonales, aunque estos proyectos enfrentan obstáculos económicos y culturales. La dependencia del automóvil persiste, y organismos como el Observatorio de Movilidad han sido ineficaces en avanzar hacia una movilidad sustentable.

La movilidad en Aguascalientes enfrenta retos persistentes que no han sido resueltos con infraestructura vial como puentes y pasos elevados.

En un artículo periodístico publicado en El Heraldo de Aguascalientes, el alcalde de la Bicicleta, Josafat Martínez, propone en su lugar mejorar el transporte público, implementar carriles exclusivos y priorizar la infraestructura para peatones y ciclistas para una movilidad más segura e inclusiva, entre otras medidas que parecen bastante congruentes con lo que la comunidad internacional está buscando para mejorar la movilidad de las ciudades.

¿Realmente se puede reducir el uso del automóvil en Aguascalientes?

A medida que el tráfico empeora y la contaminación sigue en aumento, autoridades y activistas sugieren medidas que buscan reducir la dependencia del automóvil en la ciudad. Sin embargo, aunque las propuestas como el fortalecimiento del transporte público, la creación de ciclovías y áreas peatonales, y la promoción de vehículos eléctricos y compartidos parecen ser soluciones integrales, en la práctica, estas medidas enfrentan serios obstáculos.

Una de las principales propuestas es mejorar el transporte público mediante el incremento en la frecuencia y calidad del servicio, junto con la creación de rutas accesibles y carriles exclusivos. Sin embargo, esto requiere una inversión significativa y, hasta ahora, las mejoras en el transporte público han sido parciales y lentas. La falta de infraestructura adecuada y la ineficiencia en las rutas siguen siendo problemas que afectan a miles de usuarios.

¿Se podrá cambiar la percepción negativa de los ciudadanos que consideran el transporte público como una opción limitada, cara e incómoda?

Por otro lado, fomentar el uso de bicicletas y la movilidad activa enfrenta retos similares. La creación de ciclovías y la mejora de banquetas son pasos positivos, pero no son suficientes si se carece de una planificación completa. Las ciclovías actuales muchas veces están mal conectadas, interrumpidas o invadidas por vehículos, lo que hace que muchos ciclistas se sientan inseguros. Sin una red continua y segura, esta medida corre el riesgo de quedar en buenas intenciones, sin lograr un cambio real en la movilidad urbana.

La propuesta de establecer zonas de baja velocidad y áreas peatonales también enfrenta desafíos. Si bien estas áreas peatonales son esenciales para mejorar la seguridad y promover el tránsito a pie, no se han diseñado espacios suficientes que realmente atraigan a los peatones. Además, en una ciudad que ha priorizado el automóvil por décadas, la idea de restringir el acceso vehicular podría generar resistencia. Implementar estas zonas sin una estrategia clara y consistente podría llevar a conflictos con los habitantes y comerciantes de la zona.

Asimismo, las propuestas de promover el trabajo remoto y horarios escalonados son viables en teoría, pero ¿qué tan factibles son en la realidad laboral y educativa de Aguascalientes? En muchos sectores, la cultura del trabajo presencial sigue siendo dominante, y no todos los empleos o escuelas pueden permitirse modificar sus horarios. Las horas pico seguirán siendo un reto mientras no se apliquen políticas firmes y coordinadas entre empresas y autoridades.

Finalmente, los incentivos para vehículos eléctricos y compartidos representan una apuesta a largo plazo. Los altos costos de los vehículos eléctricos y la falta de infraestructura para su recarga son barreras significativas. Además, el concepto de autos compartidos, aunque atractivo, todavía es poco utilizado en Aguascalientes, una ciudad donde el auto privado sigue siendo símbolo de comodidad y estatus.

A pesar de estas propuestas bienintencionadas, queda claro que se necesita más que ideas para hacer una diferencia real en la movilidad urbana. La implementación de estas medidas enfrenta desafíos de financiamiento, infraestructura y cambio cultural.

Mientras el automóvil siga siendo la opción más conveniente y las alternativas no logren responder a las necesidades de los ciudadanos, la dependencia vehicular seguirá siendo una realidad. Las propuestas deben ir acompañadas de un plan a largo plazo, compromiso político y un cambio en la mentalidad urbana, o de lo contrario, la idea de una ciudad más sustentable y menos dependiente del automóvil seguirá siendo solo un ideal inalcanzable.

En este sentido, tanto la Coordinación de Movilidad como el Observatorio de Movilidad de Aguascalientes, creados para analizar y promover soluciones en temas de transporte y urbanismo, se han mantenido prácticamente inactivos frente a la creciente crisis de movilidad urbana en la ciudad. En lugar de liderar las propuestas para fortalecer el transporte público, impulsar ciclovías seguras y reducir la saturación vehicular, parecen desconectados de las necesidades actuales, aportando poco o nada al avance de una movilidad más sustentable y equitativa.

La falta de informes, estudios y propuestas desde estos organismos ha dejado tanto al gobierno como a los activistas sin datos actualizados y suficientes para implementar cambios efectivos. En lugar de representar al ciudadano y defender su derecho a una movilidad digna, el Observatorio es un ente sin influencia ni dirección clara. Urge que este organismo recupere su esencia y cumpla su propósito, pues sería más útil que solo para avalar las alzas a las tarifas en el transporte público.

De no atender estos temas, Aguascalientes podría perder la oportunidad de convertirse en una ciudad más moderna y con un sistema de movilidad que atienda a todos sus habitantes.

Al tiempo… y a su opinión.

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