A Opinión del 29/11/24
Aguascalientes combina estabilidad financiera con retos urbanos en innovación, infraestructura y sostenibilidad, reflejados en su descenso competitivo nacional.
Entre la estabilidad financiera y los retos de competitividad urbana. Aguascalientes se ha posicionado durante años como uno de los estados más destacados en términos de clima de negocios y estabilidad financiera. La medición de Doing Business in México, respaldada por el Banco Mundial, lo sitúa como el mejor estado para hacer negocios, y su sólida calificación crediticia por agencias como Standard & Poors y Fitch Ratings confirma la salud de sus finanzas públicas. Sin embargo, cuando el enfoque se traslada del ámbito estatal al desempeño urbano, las luces del progreso se mezclan con sombras que reflejan desafíos urgentes.
En la edición 2024 del Índice de Competitividad Urbana (ICU), elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Aguascalientes descendió al noveno lugar, cayendo cinco posiciones con respecto al 2023, un retroceso que invita a un análisis más profundo. Este índice, que evalúa a 66 ciudades mexicanas mediante 35 indicadores agrupados en seis subíndices, evidencia los contrastes entre los logros y los pendientes de la ciudad.
Aguascalientes sigue destacando en aspectos como el Estado de Derecho, donde ocupa el cuarto lugar nacional gracias a una baja tasa de homicidios y políticas de prevención del crimen.
En el rubro de Sociedad y Medio Ambiente, aunque se mantiene en un respetable quinto lugar, los retos en la gestión de residuos y el consumo de agua ponen en jaque su competitividad frente a ciudades con estrategias más sostenibles.
Los mayores contrastes aparecen en subíndices como el Mercado de Trabajo y la Innovación y Economía, donde la ciudad ocupa los lugares 13 y 15, respectivamente. Aunque el Producto Interno Bruto muestra un crecimiento positivo, la falta de patentes, centros de investigación y una baja ocupación hotelera revelan un estancamiento preocupante en sectores clave para el desarrollo económico a largo plazo.
En el ámbito de la Infraestructura, Aguascalientes enfrenta una paradoja: pese a contar con una cobertura adecuada en servicios básicos como electricidad e internet, la insuficiencia de camas hospitalarias y servicios financieros limita su competitividad, colocándola en la posición 13 de este subíndice.
El contraste entre el prestigio económico estatal y las carencias detectadas a nivel urbano plantea preguntas fundamentales sobre la sostenibilidad del modelo de desarrollo de Aguascalientes. Mientras que las políticas estatales se enfocan en atraer inversiones y consolidar una imagen de estabilidad, los datos del ICU 2024 exponen grietas que podrían comprometer ese crecimiento si no se abordan de manera integral.
El retroceso de cinco posiciones no debe interpretarse únicamente como un mal año en el ranking, sino como un llamado de atención para que las autoridades locales prioricen áreas clave como la infraestructura, la innovación y la sostenibilidad ambiental. De lo contrario, Aguascalientes corre el riesgo de quedar rezagado frente a competidores que ya están avanzando con mayor agilidad, como Saltillo, Guadalajara o Querétaro.
En un contexto nacional donde las ciudades son los motores del desarrollo económico, Aguascalientes enfrenta el desafío de traducir su estabilidad financiera en mejoras tangibles para sus habitantes, manteniendo así su lugar como una de las principales urbes de México.
Las cifras no mienten, pero son los actos los que definirán si este descenso es solo un tropiezo temporal o el síntoma de problemas más profundos.
Al tiempo… y a su A Opinión.
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Consulte el ICU 2024 completo, aquí: https://imco.org.mx/indice-de-competitividad-urbana-2024/