A Opinión del 30/9/25

UAA y la Estafa Ponzi: un mal ejemplo que compromete la ética universitaria

La Universidad Autónoma de Aguascalientes, lejos de ser un referente de integridad, se convirtió en protagonista de un fraude millonario que revela negligencia, opacidad y una preocupante falta de ética institucional.

En 2020, más de 200 millones de pesos de recursos públicos de la UAA se invirtieron en un esquema Ponzi que resultó ser un fraude, y al día de hoy, un hecho más que indignante es preocupante ¿Qué tipo de ética están enseñando en las aulas?.

La universidad se presenta como víctima, pero el hecho innegable es que quienes dirigían la institución autorizaron estas operaciones, sin la debida supervisión, sin auditorías preventivas y sin rendición de cuentas inmediata. Hoy, tiempo después, no hay responsables visibles ni sancionados, y los estudiantes y docentes observan un silencio institucional que erosiona la confianza en su máxima casa de estudios.

El problema no es solo financiero: es ético. La UAA forma a jóvenes bajo principios de honestidad y responsabilidad. ¿Qué mensaje transmite ahora que sus autoridades no asumen responsabilidad alguna? Que se puede cometer un error gigantesco con dinero público y no pasa nada. Ese es un pésimo ejemplo para la comunidad universitaria y una mancha que tardará años en borrarse.

Las explicaciones tibias, los despachos externos contratados para auditar y la promesa de llegar “hasta las últimas consecuencias” son insuficientes. La sociedad y los estudiantes merecen nombres, cargos y responsabilidades claras. No basta con declaraciones vagas: es momento de acciones concretas y sanciones ejemplares.

Si la UAA no corrige el rumbo, seguirá enseñando ética en el aula mientras la traiciona en la administración. La universidad debe demostrar que sus valores no son solo palabras: la integridad se demuestra con hechos, no con comunicados oficiales.

La comunidad universitaria y la sociedad exigen transparencia, justicia y responsabilidad. La UAA tiene la oportunidad histórica de convertirse en un ejemplo de corrección y ética institucional. Ignorar esta exigencia solo consolidará un mensaje devastador: ¿en la máxima casa de estudios de Aguascalientes, la impunidad y la negligencia pesan más que los valores que proclama enseñar?

Al tiempo… y a su opinión.