A Opinión del 16/6/25
El orgullo de Aguascalientes está en su gente: atletas que ganan medallas y merecen apoyo para seguir destacando.

Aguascalientes brilla con el esfuerzo de su gente
En un país donde la competencia deportiva es cada vez más reñida, Aguascalientes demuestra una vez más que su mayor orgullo no está únicamente en su infraestructura, su ubicación o su desarrollo industrial, sino en su gente. Y esta afirmación se vuelve especialmente cierta al observar el desempeño de la delegación estatal en la Olimpiada Nacional Conade 2025.
Con 64 medallas acumuladas —17 de ellas de oro—, las y los atletas de Aguascalientes han llevado el nombre del estado a lo más alto del escenario nacional, compitiendo con pasión, disciplina y entrega. Este resultado no es menor: nos coloca entre los 15 mejores del país, superando en número total de preseas a entidades más grandes y con mayor población como Oaxaca y Michoacán.
El descenso del lugar 11 al 14 en el medallero general durante el fin de semana no debe ser interpretado como un retroceso, sino como una señal de la intensidad de la competencia y del margen de mejora que aún tenemos. Porque más allá del color de las medallas, lo que verdaderamente vale es el ejemplo de superación, constancia y amor por Aguascalientes que han dado nuestras y nuestros deportistas.
Detrás de cada medalla hay horas de entrenamiento, sacrificios personales, familias que acompañan, entrenadores comprometidos y sueños que se van construyendo paso a paso. Es en esas historias individuales donde se refleja el verdadero espíritu de este estado: un espíritu que no se rinde, que compite con dignidad y que representa con orgullo los valores de nuestra tierra.
Ahora bien, no basta con celebrar las victorias momentáneas. Si de verdad queremos consolidar a Aguascalientes como una potencia deportiva, debemos asumir el compromiso de dar seguimiento a estas promesas. ¿Qué pasará con estas y estos jóvenes atletas después de la Olimpiada? ¿Tendrán el respaldo suficiente para seguir creciendo, para profesionalizarse, para llegar a representar a México en escenarios internacionales?
Es urgente mirar más allá del evento anual y diseñar una política deportiva sostenida que identifique las disciplinas en las que el estado tiene mayor potencial —como gimnasia rítmica, boliche o acuatlón— y fomentar la especialización. Esto implica establecer mecanismos que incentiven no solo la continuidad en la práctica deportiva, sino también el acceso a becas, entrenadores de alto nivel y competencias nacionales e internacionales.
Nuestra delegación no solo está ganando medallas, está sembrando esperanza, inspiración y sentido de pertenencia. Por eso, hoy más que nunca, podemos decir con orgullo: Aguascalientes vale oro, porque su gente es su mayor fortaleza. Pero también debemos tener la visión y la voluntad de que ese brillo no se apague, sino que se multiplique. Porque el futuro del deporte en Aguascalientes depende, en gran medida, de las decisiones que tomemos hoy.