A Opinión del 13/5/25

Aguascalientes enfrenta retos de seguridad: empresarios exigen resultados tras homicidios recientes y advierten riesgos para la inversión y la paz.

Aguascalientes, entre la percepción y la realidad de la seguridad

En medio de un país sacudido por la violencia, Aguascalientes ha buscado posicionarse como un estado seguro, confiable para vivir, invertir y desarrollarse. Sin embargo, la línea que separa la percepción de la realidad es cada vez más delgada, y los últimos hechos ocurridos en la entidad nos obligan a mirar con más atención lo que sucede en nuestras calles.

De acuerdo con el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), Aguascalientes retrocedió en el Índice de Paz debido al aumento de homicidios entre 2023 y 2024. Aunque al finalizar ese periodo se logró contener la tendencia, lo cierto es que los episodios de violencia no han desaparecido. El reciente ataque armado ocurrido el sábado 10 de mayo en la colonia José López Portillo (La Barranca), donde un hombre fue asesinado y otro resultó gravemente herido, confirma que los problemas de inseguridad ya no son ajenos a nuestra realidad cotidiana.

La escena es preocupante: sujetos armados que irrumpen en un domicilio a plena luz del día, ejecutan a una persona e intentan asesinar a otra, y luego escapan. La presencia de cuerpos de seguridad municipal, estatal y ministerial fue inmediata, pero llegó —como tantas veces— después del crimen. A esto se suma, en ese mismo día, un accidente fatal en otra parte del sur de la ciudad, dejando a una menor lesionada. En conjunto, estos eventos tiñeron de tragedia una jornada más en la capital.

Frente a esta realidad, la postura del presidente estatal de Coparmex, Juan Carlos Soledad, resulta sensata y urgente. En entrevista para el diario local El Sol del Centro, reconoció que Aguascalientes no puede abstraerse del contexto nacional de violencia, y advirtió que la pérdida de una sola vida es ya motivo suficiente para levantar la voz. No se trata de caer en el alarmismo, sino de impedir que estos actos se normalicen, que la sociedad se acostumbre a vivir entre sobresaltos.

El empresariado ha insistido en acompañar a las autoridades, exigiendo resultados, sí, pero también participando en la construcción de soluciones. Las mesas de seguridad ciudadana son un buen ejemplo de coordinación, pero estos espacios deben ser más que reuniones protocolarias: tienen que traducirse en estrategias efectivas, en investigaciones que arrojen responsables y sentencias justas.

Soledad Pérez también apuntó a otro factor clave: la inseguridad en las carreteras federales. El libre tránsito de personas y mercancías es vital para la economía, y cuando este se ve amenazado por asaltos o violencia organizada, las inversiones se frenan. Aguascalientes sigue siendo más seguro que otros estados de la región, pero si el entorno nacional no garantiza el respeto al estado de derecho, esa ventaja podría desvanecerse.

La seguridad no puede seguir dependiendo de percepciones. Los hechos, como los de este fin de semana, son un llamado de alerta. Es momento de reforzar la prevención, mejorar la inteligencia policial, recuperar los espacios públicos y fortalecer el tejido social. No hay desarrollo posible si las familias viven con miedo.

Aguascalientes tiene todo para seguir siendo un referente, pero eso requiere voluntad, compromiso y, sobre todo, resultados tangibles. La paz no se negocia: se defiende.

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