A Opinión del 18/6/25

Eric Trump amenaza a México con una respuesta militar absurda; revela la peligrosa lógica belicista y paranoica del trumpismo.

Decapitar a México en cuatro segundos: la paranoia peligrosa de la política exterior trumpista

Las declaraciones de Eric Trump, vicepresidente ejecutivo de la Organización Trump e hijo del expresidente de los Estados Unidos, no sólo son escandalosas, sino profundamente reveladoras de la lógica con la que esa familia y su círculo más cercano entienden el mundo: soberbia, frivolidad y un alarmante desprecio por la realidad y por la diplomacia internacional.

Durante una entrevista en Fox News, Eric Trump aseguró que si México se atreviera a lanzar cohetes contra Estados Unidos, su país lo “decapitaría en cuatro segundos”. La frase, que por sí sola bastaría para encender alertas diplomáticas, no surgió en un contexto de crisis entre ambas naciones, sino como una analogía caprichosa y paranoica frente al conflicto real entre Irán e Israel. En otras palabras, el hijo del expresidente convirtió a México en enemigo hipotético para justificar posturas belicistas.

¿Qué nos dice esto? Que la narrativa de Trump y sus huestes se alimenta del miedo y la exageración. La política exterior que representan no se construye con base en hechos, sino en suposiciones delirantes. Hablan como si el poder militar les otorgara autoridad moral, y olvidan —o ignoran a propósito— que una potencia también se mide por su sensatez, no solo por su arsenal.

Pero más allá de la gravedad diplomática, lo que realmente alarma es el desdén por la lógica. La insinuación de que México —vecino, socio comercial, nación con lazos humanos, culturales y económicos indisolubles— podría lanzar un ataque armado a Estados Unidos es tan absurda como peligrosa. No hay antecedentes, señales ni sentido estratégico que sustenten tal posibilidad. Es un escenario que solo habita en la mente de quienes buscan fabricar enemigos para ganar simpatías radicalizadas.

La administración de Donald Trump, y ahora su círculo más próximo, están empujando al mundo hacia una narrativa de choque constante, donde no hay espacio para los matices ni para la diplomacia. Con una retórica de amenazas, simplificaciones y soluciones militares, alimentan una crisis de credibilidad en la política exterior estadounidense. Y esa crisis, hoy más que nunca, tiene implicaciones globales.

México no debe caer en la provocación, pero tampoco debe quedarse callado. Declaraciones como la de Eric Trump no son meras opiniones: son ensayos de una política exterior que desprecia la coexistencia pacífica. Y en tiempos donde las palabras pueden detonar guerras, no se puede permitir que los delirios pasen desapercibidos. La lógica del trumpismo sigue siendo un riesgo real para la estabilidad del mundo.

Al tiempo… y a su opinión.

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