El Maratón de los Sueños
El Maratón del Juguete llevó esperanza y alegría a los niños, regalando sonrisas y momentos inolvidables en Jesús María.
En el pequeño municipio de Jesús María, la Navidad se acercaba y con ella, una gran noticia que llenó de emoción a toda la comunidad: se celebraría el Maratón del Juguete. La idea era simple pero poderosa: reunir juguetes para los niños más vulnerables del municipio y entregarlos el 6 de enero, en el Día de Reyes. A través de esta acción, se quería llevar sonrisas y esperanza a aquellos pequeños que, por diversas circunstancias, no tenían acceso a regalos.
El alcalde, César Medina Cervantes, junto a su esposa Silvia de la Cruz, presidenta del Sistema DIF, invitaron a todos los ciudadanos, servidores públicos y funcionarios a participar. Cada uno, sin importar su cargo o situación, podía contribuir con un juguete. Desde temprano, la Plaza del Mueble se llenó de personas con una sola misión: hacer felices a los niños.
“Qué grato es ayudar y llevar esperanza”, expresó el alcalde mientras veía las cajas llenas de juguetes apiladas bajo el sol brillante de la tarde. “Gracias a todos los que participaron. Ahora los invito a unirse a la caravana de Reyes para ser testigos de la alegría de cada niño y niña”, agregó, con una sonrisa en el rostro.
La tarde pasó rápido. Entre juegos, música y risas, se recabaron cientos de juguetes nuevos, sin baterías y no bélicos, listos para ser entregados. Todos los participantes sentían una felicidad inmensa al saber que estaban contribuyendo a algo más grande que ellos mismos. Era un regalo que no solo iluminaba el rostro de los niños, sino también el de cada persona que había decidido dar un poco de su tiempo y cariño.
Finalmente, llegó el tan esperado 6 de enero. La caravana, cargada de juguetes, recorrió las comunidades más vulnerables del municipio. Allí, los pequeños esperaban con los ojos brillantes, llenos de esperanza. Cuando los Reyes Magos, acompañados de los voluntarios, comenzaron a entregar los juguetes, las sonrisas de los niños se multiplicaron, y el aire se llenó de risas y alegría.
Aquel maratón no solo fue una recolección de juguetes, sino una lección de amor y unidad. Jesús María, ese día, demostró que cuando la comunidad se une con un solo propósito, los sueños de muchos pueden hacerse realidad. Y así, en el corazón de todos, se quedó grabada una verdad simple pero poderosa: los sueños sí se cumplen, especialmente cuando se comparten.