A Opinión 12/5/25
La Feria terminó, pero la política sigue. El PAN no debería confiarse: los apoyos federales avanzan, y el poder se desgasta.

La Feria terminó, la contienda apenas empieza
Terminó la Feria Nacional de San Marcos, ese paréntesis no escrito pero históricamente respetado en la política de Aguascalientes. Mientras la tambora resonaba y el Foro de las Estrellas deslumbraba con artistas y fuegos artificiales, el panismo local pareció tomarse un respiro. Una tregua en la que algunos creyeron que el tiempo se detendría, que la política podía dejarse en pausa, como si los tiempos del poder fueran tan nobles como los del calendario ferial.
Pero afuera del perímetro ferial, en las colonias, en los ejidos, en las filas de los bancos del Bienestar, la realidad sigue avanzando a pasos agigantados. Y con ella, la popularidad de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la 4T, que crece no por carisma o discurso —no nos engañemos—, sino porque cada día caen más recursos federales en los bolsillos de la gente. Y cuando hay regalos, se corre la voz rápido. En la lógica del voto, muchas veces pesa más un depósito que una promesa o lamentablemente, un principio.
Los números no mienten: mientras unos brindaban en palcos exclusivos, otros repartían dinero en efectivo, becas, apoyos sociales y propaganda disfrazada de justicia social. El resultado es que, a pesar de la aparente calma, el terreno político se está moviendo. Y quienes aspiran a mantener el poder harían bien en tomar nota.
Al corte de hoy, el escenario político de Aguascalientes sigue siendo azul. El PAN conserva la plaza y, si me preguntan, sin necesidad de una alianza formal con el PRI o el PRD —aunque en política, cualquier cosa puede pasar—. Sin embargo, más les valdría no estar tan confiados. Porque si algo ha demostrado la historia reciente, es que el poder se desgasta rápido, y que los errores no se perdonan cuando hay una maquinaria lista para capitalizarlos.
Más les convendría cuidar con esmero a sus aliados. Porque mientras algunos se distraen con el show, otros están entendiendo que la narrativa es poder.
De la otra campaña, la que sí es oficial —la del Poder Judicial—, es sorprendente la cautela con la que las candidatas y candidatos se dirigen a los medios. Incluso resulta extraño que el mismo Instituto Nacional Electoral desdeñe a los medios tradicionales, prohibiéndoles a los aspirantes a aparecer en cualquier entrevista y condenándolos a estar atrapados en los algoritmos de su propio Facebook sin pautas comerciales. Podríamos ampliar la importancia de los medios de comunicación para fomentar la democracia y cómo históricamente las redes sociales han sido señaladas de manipulación y difusión de desinformación, pero será en otra edición.
Al tiempo… y a su opinión.