La llegada de Trump
Es un hecho, Donald Trump será el presidente número cuarenta y siete de Estados Unidos. De entrada, los mercados financieros tomaron bien la noticia. En Wall Street, el Dow Jones ganó 3.57% y el Nasdaq casi 3%, mientras que los aliados del republicano, en la campaña, incrementaron el valor de sus empresas de manera exponencial.
En nuestro país, por otro lado, el arribo de Trump a la Casa Blanca se advierte con reservas. La clase política mexicana conoce ya su estilo de gobierno, un estilo que en el periodo anterior llevó al despliegue de la Guardia Nacional en la frontera sur de México, bajo la amenaza de la imposición de aranceles.
En esta ocasión y para infortunio de la Presidenta Claudia Sheinbaum, se advierten tres temas que serán puestos sobre la mesa para alcanzar acuerdos bilaterales, bajo pocas opciones de negociación: migración, economía y seguridad. Donald Trump ha dicho que en su nuevo periodo de gobierno iniciará una deportación masiva de migrantes, incluídos por supuesto connacionales.
Lo anterior no necesariamente puede llegar a cristalizarse. Si retomamos lo ocurrido en el pasado, por ejemplo, en sus tres primeros años de gobierno Barack Obama deportó a más de 1.4 millones de inmigrantes. En el mismo periodo, el republicano sólo deportó a 700 mil personas.
Además y conocedor de la importancia del intercambio económico entre nuestros países, Trump ha dicho que usará los aranceles para equilibrar la balanza comercial a favor de Estados Unidos. Lo anterior tiene un trasfondo geopolítico. En la guerra comercial que sostiene con China, el próximo presidente de la Unión Americana es claro en sus mensajes con el gobierno mexicano: o eres mi aliado o eres mi enemigo.
Lo cierto es que, de imponer aranceles a las mercancías nacionales que tienen como destino el vecino país del norte, simple y sencillamente el daño sería catastrófico para la economía nacional.
Finalmente y en el tema de la seguridad extraterritorial de Estados Unidos, el próximo presidente sabe que los cárteles del narcotráfico son una bomba de tiempo, que ya han provocado un problema de salud pública en diversos estados de la Unión Americana por el tráfico y consumo de fentanilo.
Aunque no ha dicho cómo lo hará, pretende elevar a nivel de amenaza terrorista, la acción de los grupos criminales mexicanos, y en consecuencia usar la fuerza en contra de éstos.
En esos tres temas que mencioné, vale la pena decirlo, el gobierno mexicano tiene grandes responsabilidades y posturas que deberá asumir en breve.
Por lo pronto, Claudia Sheinbaum ha moderado su mensaje y ha dejado las puertas para la colaboración bilateral, pese a que en el imaginario de Morena, haya cosas inaceptables que hasta se consideran injerencistas. Por ejemplo, la intervención directa de Estados Unidos en México para acabar con el narco.
La llegada de Trump a la Casa Blanca puede ser muchas cosas buenas y malas para México. Todo depende como juegue sus cartas el gobierno de la Dra. Claudia Sheinbaum.