Los efectos de la tormenta solar en Aguascalientes 

Varias eyecciones de masa coronal que el Sol arrojó en las últimas horas, han provocado que, desde principios de esta semana, hayan sido visibles en gran parte de Canadá, Europa, Estados Unidos y estados del norte de México como Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Zacatecas.

El fenómeno, que ha sido catalogado como una tormenta geomagnética severa de categoría G4 (el segundo máximo nivel de la escala que utiliza la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos [NOAA] para medir la intensidad de estos fenómenos), podría extenderse hasta la noche del domingo.

Las primeras ráfagas de viento solar llegaron a la tierra a las 7:39 pm del lunes (hora del centro de México), causando perturbaciones en la atmósfera superior de casi todo México, incluyendo estados sureños como Chiapas, Guerrero y Oaxaca.

Esta tormenta solar geomagnética es la segunda más extrema de los últimos 21 años, lo que ha generado varias alertas, algunas de ellas emitidas por el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA, entre las que se incluyen las posibles interrupciones de los sistemas de navegación y radiocomunicación, así como en el suministro de energía eléctrica.

¿Cuál es el mayor riesgo?

Las explosiones solares suelen incrementar su frecuencia e intensidad aproximadamente cada 13 años, en períodos conocidos como ciclos solares. Se trata de erupciones o emisiones repentinas de partículas que son disparadas en llamaradas colosales (que superan en tamaño al planeta Tierra) y que viajan a gran velocidad por el espacio.

A estas partículas, cargadas de energía y de radiación, se les conoce como viento solar, y podrían poner en riesgo la vida de un astronauta en órbita que no se encuentre debidamente protegido, así como dañar seriamente los sistemas de navegación y comunicación de las naves espaciales y de los satélites terrestres.

Aquí en la Tierra, estas partículas son frenadas por la magnetósfera y sólo llegan a producir un espectáculo lumínico conocido como auroras boreales (si se producen en el hemisferio norte) o australes (si se dan en el hemisferio sur), que pueden tener un color verdoso o rojizo, si interactúan con partículas de oxígeno a unos 200 kilómetros de altura; o violeta y azul, si entran en contacto con el nitrógeno y el ozono de la atmósfera.

Aunque la actividad solar inusual puede dañar seriamente la infraestructura eléctrica y los sistemas de comunicación terrestres, las tormentas solares son inofensivas para la vida en la Tierra y no tienen efectos serios en el clima ni en la salud de las personas.

De acuerdo con el Instituto de Geofísica de la UNAM, los únicos efectos que este fenómeno causará en la República Mexicana son las “posibles fallas en comunicaciones que se realicen a través de bandas de radio de alta frecuencia HF”, y la aparición de auroras boreales en regiones del norte del país; aunque en estados del centro, como Aguascalientes, podría ser posible apreciar una tenue coloración rojiza del cielo nocturno, especialmente visible desde zonas alejadas de la contaminación lumínica.

Las auroras boreales son mucho más visibles cerca del Círculo Polar Ártico, en regiones que superan los 60 grados de latitud norte, por lo que son muy difíciles de ver en Aguascalientes, una ciudad ubicada a 21 grados de latitud Norte. Sin embargo, las perturbaciones en las zonas altas del espacio aéreo hidrocálido sí pueden ser suficientes para causar fallas en los sistemas de navegación GPS y causar interferencias en las señales de radio entre el 13 y el 15 de noviembre.