México, en primer lugar mundial en casos de acoso escolar, según la OCDE
La problemática del acoso escolar en México continúa siendo alarmante, con cifras que colocan al país en el primer lugar a nivel mundial en incidentes de bullying. Según la Organización Internacional Sin Fronteras, 7 de cada 10 niños y adolescentes entre 12 y 17 años han sido víctimas de maltrato o abuso, ya sea por parte de sus compañeros o incluso de sus propios profesores. Estos datos, avalados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), destacan la urgencia de abordar este fenómeno en los centros educativos y en el entorno familiar.
En el estado de Aguascalientes, el problema también es significativo. Durante la administración del exgobernador Martín Orozco, se registraron 620 reportes de acoso escolar, cifra que refleja la magnitud de la situación local. Ante esto, el Congreso de Aguascalientes ha impulsado iniciativas para combatir el bullying, destacando la responsabilidad compartida de la sociedad, las familias y las instituciones educativas.
Luis León, diputado e integrante de la Comisión de Seguridad Pública y Juventud, señaló que “como sociedad debemos poner un alto” para evitar que más jóvenes caigan en patrones de abuso o sufran las consecuencias del acoso escolar. León resaltó la necesidad de trabajar en conjunto para crear un entorno escolar seguro, donde el respeto sea la norma.
Este 7 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, se vuelve una oportunidad para concientizar sobre las diversas manifestaciones de esta problemática. El bullying se presenta en forma de violencia física y psicológica a través de insultos, burlas, exclusión social, agresiones físicas y manipulación. Estos actos no solo buscan intimidar a la víctima, sino también humillarla y reducir su autoestima, impactando su salud mental y emocional.
Las consecuencias del bullying pueden ser devastadoras. Entre los principales síntomas que presentan los menores que sufren acoso escolar se encuentran problemas de memoria, dificultades de concentración, bajo rendimiento académico, depresión, ansiedad, aislamiento social, insomnio e, incluso, miedo a estar solos. Para algunos, el daño puede convertirse en un obstáculo difícil de superar sin ayuda especializada.
Para hacer frente a esta problemática, especialistas y autoridades recomiendan que tanto padres de familia como instituciones educativas colaboren estrechamente, no solo en la identificación de casos, sino también en la promoción de una cultura de respeto y empatía.