Por alto costo de la luz, subirá el agua en Aguascalientes

El Ayuntamiento de Aguascalientes confirmó un incremento del 5% en la tarifa del agua potable para 2026, un ajuste incluido en la Ley de Ingresos que, según autoridades municipales, no responde a nuevos impuestos, sino a la necesidad de mantener operativa una red hidráulica que enfrenta costos crecientes y daños recientes en su infraestructura. El presidente municipal, Leo Montañez, explicó que el principal factor detrás del aumento es el alto costo de la energía eléctrica, insumo indispensable para operar los más de 230 pozos del Modelo Integral de Aguas de Aguascalientes (MIAA).

La tarifa está impactada principalmente por los costos de energía”, señaló el alcalde. De acuerdo con sus estimaciones, sólo en 2024 MIAA pagará alrededor de 350 millones de pesos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), cifra que representa el componente más elevado del gasto operativo del organismo. “Es el principal componente, los pagos que se tienen que hacer a la Comisión Federal por la operación de los pozos”, insistió.

La explicación del municipio coincide con diagnósticos nacionales sobre el sector hidráulico: diversos estudios señalan que la electricidad puede representar entre el 50% y el 70% del costo operativo de organismos operadores del agua en México, especialmente en ciudades con alta extracción subterránea. En Aguascalientes, que depende casi totalmente de pozos profundos para abastecer a la población, el impacto es todavía mayor

El reto de mantener el servicio accesible

Montañez aseguró que el objetivo es mantener el servicio lo más accesible posible para los usuarios, pero subrayó que el municipio debe sostener la operación y seguir invirtiendo en rehabilitación de redes de agua y drenaje. “Quisiéramos que fuera más económico, pero también tenemos que ser responsables… no se puede dejar de invertir en Aguascalientes ni dejar de trabajar en la rehabilitación de redes”, declaró.

El alcalde también vinculó parte del gasto adicional a los daños provocados por las lluvias recientes, que colapsaron la infraestructura sanitaria en distintos puntos de la ciudad. “Las lluvias copiosas generaron daños; muchos de nuestros sistemas sanitarios colapsaron y eso trajo una carga adicional en el tema de las rehabilitaciones”, añadió.

Estos daños obligaron a trabajos de emergencia y a la reasignación de recursos para reparar líneas de drenaje, cárcamos y colectores, incrementando la presión financiera del organismo.

El aumento aprobado para 2026 se suma a los ajustes realizados en 2025, cuando la tarifa se incrementó alrededor del 7%, también por razones inflacionarias y operativas. En esa ocasión, MIAA argumentó que el incremento era necesario para mantener la sostenibilidad del servicio. A la par, se realizaron modificaciones a la estructura de cobro para reducir el costo del metro cúbico excedente en consumos domésticos altos, una decisión que buscó aliviar la carga en hogares de mayor consumo.

Sin embargo, el tema genera debate entre especialistas y ciudadanía. Estudios académicos han advertido que los subsidios al agua en México suelen operar de manera regresiva: aunque buscan aliviar el gasto de las familias con menos ingresos, terminan beneficiando más a los hogares de mayor consumo. Esto abre una discusión sobre si los ajustes tarifarios son equitativos o si deberían acompañarse de tarifas sociales focalizadas para grupos vulnerables.

Para muchos usuarios, incluso un incremento de 5% puede representar un reto, especialmente en un contexto donde los costos de electricidad, alimentos y transporte también han aumentado. Organizaciones civiles dedicadas al estudio del agua han señalado que cualquier alza debe ir acompañada de una justificación transparente y de información detallada sobre el uso de los recursos.

El reto de la demanda creciente

Aguascalientes enfrenta desde hace años un doble desafío: una red hidráulica antigua y una ciudad en expansión constante. La sobreexplotación de los acuíferos ha sido documentada por instituciones académicas y organismos internacionales, que alertan sobre el riesgo de continuar dependiendo casi exclusivamente de pozos profundos.

En este contexto, la inversión en infraestructura no solo es necesaria para garantizar continuidad del servicio, sino también para atender problemas como fugas, hundimientos, obstrucciones en la red y colapsos durante temporadas de lluvias intensas. MIAA ha señalado que se deben destinar recursos significativos a rehabilitar tuberías, renovar cárcamos de bombeo e implementar tecnologías para mejorar la eficiencia energética.

El aumento tarifario aprobado en la Ley de Ingresos 2026 se presenta como un ajuste moderado y estrictamente inflacionario. No obstante, el reto para el municipio es doble: garantizar que los recursos se utilicen de manera eficiente y transparente, y evitar que los incrementos afecten desproporcionadamente a los hogares con menos ingresos.

Mientras MIAA sostiene que el costo del agua en Aguascalientes sigue siendo menor al de otras ciudades del Bajío, organizaciones ciudadanas y expertos advierten que cualquier política tarifaria debe considerar no solo los costos de operación, sino también el derecho humano al agua, los efectos sociales y la sostenibilidad del recurso.

Para el próximo año, la discusión continuará: ¿es suficiente el ajuste del 5% para cubrir los 350 millones de pesos en electricidad y los daños por lluvias?, ¿cómo se garantizará que el servicio mejore?, ¿qué mecanismos de apoyo habrá para usuarios vulnerables? Las respuestas serán cruciales para evaluar si el ajuste tarifario representa una solución responsable o si abre un nuevo capítulo en la compleja gestión del agua en Aguascalientes.