Reclutamiento forzado: la normalización de lo inaceptable
Rescientemente trascendió en los medios de comunicación nacionales, el rescate de un menor en la Nueva Central Camionera de San Pedro Tlaquepaque, que estaba a punto de ser trasladado a Aguascalientes para ser reclutado por el crimen organizado, es un hecho que debería sacudir al país entero. Pero lo más alarmante no es solo el delito en sí, sino la indiferencia con la que el gobierno federal lo enfrenta.
Resulta escalofriante, primero preguntarse por qué lo iban a traer a Aguascalientes, segundo comprobar que el reclutamiento forzado de niños y adolescentes comienza a convertirse en una práctica normalizada en México, mientras desde Palacio Nacional se repite una y otra vez la misma receta: discursos evasivos, promesas incumplidas y la absurda estrategia de seguridad nacional, que en la realidad ha significado entregar comunidades enteras al crimen organizado.
Que en lo que va del año se hayan rescatado cerca de cien jóvenes debería haber encendido todas las alarmas en el gobierno federal. Pero no hay un plan nacional de prevención, no hay programas de protección efectivos, no hay coordinación seria entre estados, no hay nada. Solo silencio y pasividad. Y mientras tanto, los criminales siguen reclutando, trasladando y destruyendo vidas a plena vista.
La omisión federal es tan grave como el delito mismo. Porque cuando el Estado renuncia a su obligación de proteger a la niñez y la juventud, se convierte en cómplice por abandono. Es indignante que se permita que los jóvenes de México sean secuestrados y usados como carne de cañón, mientras el gobierno federal se refugian en frases vacías y en una política de brazos cruzados.
Lo sucedido en Jalisco, con un menor que iba a ser traído a Aguascalientes a meses del operativo en Rincón de Romos, en el que se desarticuló un campamento criminal: es una señal clara de que el reclutamiento forzado es una red que está cruzando los límites y que crece bajo la sombra de un gobierno federal débil, incapaz ante la tragedia. Este caso se ha hecho público ¿Qué tantos siguen sucediendo en la clandesitinidad?
El país no puede seguir tolerando este nivel de abandono. Si el gobierno federal no reacciona con la urgencia que la situación demanda, la historia lo juzgará no solo por su fracaso, sino por su indiferencia ante la tragedia de miles de jóvenes mexicanos. Y eso, más que un error político, es una traición a la nación.
Al tiempo, y a su opinión.

